Durante mas de ocho meses he estado apartado de la red social Facebook. En su tiempo fue para mi como una droga. Generaba en mi cierto desasosiego si no me asomaba a esa ventana en muchas horas y debo decir que al principio me costó no volver a entrar . Como cualquier droga me generó el "Mono" y lo necesitaba. Con el paso de los días y los meses fue remitiendo esta ansiedad y quedé libré, o eso creía yo, pues volví a recaer.
La recaída ha sido distinta, ya no existe en mi esa ansiedad, es más, ahora veo esta red social con otros ojos. En mi ya no existe la necesidad de saber lo que ponen cada una de las personas que tengo agregadas. Sinceramente "Me importa un huevo". Hay gente que se dedica a poner todo lo que hace o lo que piensa como si todos pensáramos igual. Muchas veces te tienes que morder la lengua para no saltar (no vale la pena).
El Facebook me recuerda a los abuelitos que salen a la puerta de su casa en los pueblos con una silla de enea como antaño para cotillear de todos sus vecinos. En esos y en estos grupos hay de todo, los reivindicativos (protestan de todo) y los que "Pegan la cabotá" y asienten dando la razón o no queriendo meterse "En camisa de once varas". El caso es pasar el rato a la fresca.
Es una herramienta como he dicho muchas veces a mis alumnos que depende como la utilicemos puede ser buena o mala.
Recuerdo cuando una amiga me informó sobre ella y empecé. Todo era querer tener amigos agregados, cuantos más mejor, y si alguno después me borraba me sentaba fatal. Hoy por hoy les doy las gracias sobretodo a estos porque me han librado del sufrimiento de tener que aguantarles. Así es la vida, "El tiempo lo cura todo", o casi todo.
No todo ha sido malo, también me ha servido para reencontrarme con viejos amigos.
Ahora estoy en ese momento en que no se cuanto duraré, si unos días, unos meses o unos años. Solo lo conservo por que hay algunas personas que no las puedo localizar de otra manera y me sabría mal perder su contacto.