Ayer por la tarde tuve una conversación que me ha llevado a escribir hoy por la mañana estas líneas al respecto.
Como es obvio y notorio hay muchos tipos de personas y cada persona es como es y le da importancia a según que cosas.
Hay personas que no le dan tanta importancia a la hora de comentar algo de su vida privada y otras en cambio son herméticas como una caja de caudales con tres códigos numéricos. No seré yo quien juzgue a unas y a otras.
El caso es que a veces comentamos los que lo hacemos, alguna cosa, y luego las personas que tienen mala fe aprovechan el momento idóneo para lanzarte una puyita y hacerte quedar mal, pero; "No ofende quien quiere sino quien puede" y "a palabras necias oídos sordos".
Normalmente cuando uno comenta una cosa es porque le da igual lo que se haga con la información y procura no "hablar más de la cuenta" para que esta "no sea un arma de destrucción masiva".
Todo es saber a quien le cuentas tus cosas y si tienes la suficiente confianza como para contárselas. Hay temas y temas y personas y personas.
Hace mucho tiempo escribí sobre los secretos y decía aquello de; "lo que no quieras que se sepa no lo cuentes", aunque hay veces que necesitas contárselo a alguien para que te aconseje o para "liberar esa carga pesada que tienes sobre los hombros" y "poder descansar a pierna suelta".
Está claro que todo dependerá de lo que quieras contar o lo que sea que te atormente o te quite el sueño. No es lo mismo contarle a alguien que te gusta una persona y no te hace caso que decirle que tienes problemas de pareja o en el trabajo.
Bueno lo que vengo a decir es que cada uno es como es y que si alguien decide contar algo y nos pide confidencialidad hay que dársela. No se puede romper la confianza que depositan en nosotros.
Me da igual que la persona sea más o menos extrovertida o por el contrario sea introvertida, hay conversaciones que deben guardarse y no decir "ni pio" si la otra persona se va a sentir incomoda.
Por desgracia hay gente que no tiene filtro y a veces mete la pata aunque a veces también hay personas que con sus palabras ayudan a desbloquear una situación.
Para concluir; solo puedo decir que si alguien necesita contarle algo a alguien puede contar conmigo. "Mis labios están sellados".
Georges Clemenceau: "Manejar el silencio es más difícil que manejar la palabra".
Fray Luis de León: "Faltan palabras a la lengua para los sentimientos del alma".
George Eliot: "Las palabras tienen alas, pero no vuelan nunca a donde nosotros queremos".
Jorge: "Solo se dice el uno por ciento de las cosas que se piensan".
Jorge: "A veces de tanto medir las palabras nos quedamos cortos".