Acabo de llegar de la excursión de fin de curso y que puedo decir, que estoy reventado.
Han sido tres días intensos entre Moraira y Terra Mítica donde he sido testigo del buen rollo, amistad y compañerismo que ha existido y que sin el cual no hubiera llegado a buen termino la misma.
No es una excursión cualquiera, ya desde que se empieza a gestar surgen innumerables problemas organizativos y de logística que con ilusión y buena voluntad se van superando.
Trabajar con niños discapacitados exige un gran esfuerzo físico y mental. No todos están preparados para desempeñar este tipo de actividades, pero gracias a los compañeros que de forma desinteresada colaboran se pueden llevar a cabo este tipo de empresas pues no estamos obligados a ellas y lo hacen porque les gusta.
Te sientes como "Una farmacia de guardia", ya que estas las 24 horas pendiente de ellos atendiendo todas sus necesidades. Lo mejor de todo es cuando te obsequian con una sonrisa o un beso de agradecimiento. Con eso ya estas pagado.
"Haz el bien y no mires a quien"
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