"Cuando una puerta se cierra se abre una ventana". Eso me dijeron una vez cuando estaba en una situación difícil para mi (por lo menos en ese momento). Luego descubrí que no era para tanto y que "había hecho una montaña de un grano de arena", pero "a toro pasado..."
La vida es un constante cambio, para bien o para mal nos tenemos que adaptar a ellos. Unas veces los provocamos nosotros, otras veces nos llegan "de manera fortuita" y otras nos vemos obligados por las circunstancias.
Como ya he escrito alguna que otra vez, vivimos en una constante evolución como los "Pókemons", y encajamos los cambios con menor o mayor fortuna según el momento en que nos encontremos.
Cambiamos de lugar de residencia, de amigos, de trabajo, de pareja, en fin, de infinidad de cosas. Como nos afecten estos cambios dependerá de la importancia que tengan para nosotros.
Así que, "adaptarse o morir". No nos queda otra que ir superando las pruebas que nos pone delante la vida y pelear por lo que queremos "con uñas y dientes" y "no cejar en el intento" hasta conseguirlo.
Si por desgracia los cambios "nos vienen dados" sin quererlos nosotros, solo nos queda adaptarnos y revertir la situación si no es de nuestro agrado, Si por el contario, se da el caso, y nos gusta ese cambio; ¡Ha disfrútalo!
Jorge: "Cambiamos por dentro y por fuera, de nosotros depende adaptarnos a ellos".
Jorge: "Las prioridades que cada uno se establece varían con el tiempo".
Ovidio: "No se desea lo que no se conoce".
Camilo José Cela: "A siete años de un suceso, el suceso ya es otro".
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