Hoy me voy a meter en un charco embarrado.
Después de las lluvias de los últimos días y tras llevar algún tiempo reflexionando... allá voy.
Cuando he llegado a un trabajo nuevo siempre me ha gustado que me recibieran con los brazos abiertos y ya no que me pusieran las cosas en bandeja de plata pero por lo menos que no me pusieran palos en las ruedas.
Por lo menos cuando he sido yo el que ha recibido a algún compañero/a así me ha gustado hacerlo. "Predicando con el ejemplo".
Está claro que cada persona es un mundo y cada una actúa según sus criterios y su forma de ser, por eso a veces nos encontramos con personas con las que no encajamos ni queriendo y es mejor hacer un pacto de no agresión y que cada uno siga su camino.
No siempre ocurre, pero a veces se dan estas situaciones y hay que saber lidiar con ellas.
Por lo general la gente te suele recibir con los brazos abiertos por lo menos al principio luego la cosa se puede ir torciendo, aunque no siempre.
También encuentras sitios maravillosos donde todo es "color de rosa" y parece que vives en "los mundos de Yupi".
A lo largo de mis más de veinte años trabajando en el sector educativo puedo hablar con conocimiento de causa.
No quiero acabar estas líneas sin quedarme con todos los momentos entrañables y bonitos que los ha habido y "correr un tupido velo" con los otros.
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