Está claro que la gente no puede ser como uno quiere que sea, sus circunstancias personales y su vida le han hecho ser así, pero hay veces que solo pides un poco de empatía y no la ves por ningún sitio, "brilla por su ausencia" y eso te duele.
Ya en el colegio y en niños pequeños se empieza a observar que van a su rollo y son incapaces de entender y comprender que sus acciones pueden herir y molestar tanto a compañeros como a profesores, pero sinceramente creo que les da igual. Son egocéntricos y solo piensan en el "yo".
¿Qué podemos esperar de los niños?, ahora mismo, nada. Solo nos queda la ilusión que de mayores les quede "algún poso" y "aflore en el momento oportuno".
Aunque a veces "predicar en el desierto es sermón perdido". Los niños son el reflejo muchas veces de lo que ven en casa y no es que sean "la punta del iceberg" son la base que saldrá a la luz y la verdad es que cuanto menos a mi como docente me preocupa.
Espero equivocarme pero, lo que estoy viendo y viviendo últimamente no hace más que reafirmarme en ello. Algunos son verdaderos tiranos que escudándose en muchas veces la separación de los padres (lo puedo entender) tienen unos desordenes emocionales que pagan "con todo bicho viviente" y se aprovechan de ello para sacar partido de muchas situaciones.
Pero claro, a veces también es verdad que muchos adultos no son ejemplo de nada, entonces "no podemos pedir peras al olmo".
Ojalá viviéramos en una sociedad mejor por que los profesores no podemos "luchar contra molinos de viento" solos, pero es la realidad que tenemos.
A diario, se ve en las redes sociales, en la calle, en la televisión, en fin a veces uno se siente solo en esta lucha y , también es verdad que cada uno se enfrenta a ella con las herramientas que ha recibido.
Por último y para no enrollarme más, es momento de que todos "nos pongamos un poco las pilas" para revertir esta situación.