Bueno, creo que no es necesario que le recuerde a nadie lo que es una epístola porque os acordareis aquellos que estudiábamos religión o íbamos a misa de aquello de "Epístola a los Efesios" entre otras.
En fin, queda claro que una epístola es una carta. Hoy en día para la gente joven es un termino que les suena a chino y sino lo buscan el la Wikipedia "no tienen ni flores".
Os preguntareis porque saco este tema a colación, pues resulta que el otro día me puse a pensar (cosa rara en mi) y me di cuanta que hay cosas que se están perdiendo ante la inmediatez de las nuevas tecnologías. Con ellas hemos ganado mucho pero hemos perdido otro tanto.
Recuerdo la emoción de ir al buzón a ver si habías recibido una carta de un familiar, una amiga , incluso nos gustaba abrir el buzón "por ver que se cocía ahí dentro". Hoy no nos acercamos al buzón casi ni por equivocación.
Bueno, a lo que iba que me estoy desviando de lo que realmente quería contar.
Otra cosa que hacíamos y algunos seguimos haciendo, aunque no todos, es llevar un diario en el que anotamos las cosas importantes o del día a día para acordarnos o simplemente porque necesitamos decírselo a "un amigo/a imaginario/a. Unos lo hacen en el blog de notas de su Smartphone y otros en el típico diario; el caso es "liberar espacio en el disco duro" o simplemente la necesidad de decirnos cosas que de otra manera no hacemos.
Hay cartas que quedan el el olvido esperando una segunda oportunidad de ser mandadas, otras de ser borradas u otras una segunda lectura para llevarnos a su tiempo y recordarnos que todo lo que se escribe tiene un destinatario un mensaje y una intención.
No hay que esperar la oportunidad de hacerlo porque ¿Quién sabe?, igual dentro de unos años aparece en el cajón del olvido y... solo será una hoja que quizás nadie entienda.
Jorge: "No perdáis la costumbre de escribir ; ayuda al alma y libera el corazón".
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