Recuerdo cuando era pequeño este día como el mejor día del año.
Era emocionante, por la tarde la cabalgata que veía desde casa de mis "Yayos". Mis hermanos y yo nos sentábamos en el balcón y esperábamos impacientes el paso de las carrozas mientras mi tío abajo en la calle nos conseguía caramelos, luego íbamos a misa que porque negarlo no era tan emocionante pero lo aceptaba porque "Entraba en el pack" y después íbamos a casa y cenábamos pronto para acostarnos a dormir no sin antes preparar un plato con turrones, tres copitas de anís y la alfalfa para los camellos amén de una cuerda en la jardinera de la ventana para que se cogieran los reyes. ¡Que inocencia!. Casi no podíamos dormir de los nervios.
No cabe duda que la sociedad a cambiado y que hoy la gente no es como hace treinta y cinco o cuarenta años pero la ilusión de un niño no cambia y no deberíamos hacerla cambiar. Adoctrinar a los niños con política y cambios estrafalarios es pervertir esa inocencia. ¡Allá cada cual con su conciencia!, para mi gusto "No debemos mezclar churras con merinas". Los reyes son los reyes con su cabalgatas incluidas, "No hay que rizar el rizo" y adaptarlo a nuestra ideología.
Hoy vivo esa ilusión desde el punto de vista del tío y también es emocionante ver esas caras cuando ven los regalos debajo del árbol, por cierto Papa Noel por mi casa no viene y no creo que lo haga nunca.
Feliz Noche de Reyes a todos los que como yo creen en la inocencia y la mirada pura de los niños.
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