¿Puede un niño crecer sin normas?¿Le dejo hacer lo que quiera? ¿Que os parece?. Yo me lo pregunto a veces en el trabajo y tengo la extraña sensación de que algunos tienen muy pocas.
Como siempre digo: "Hemos pasado del negro al blanco sin pasar por el gris" y es que, cuando uno entra en clase e incluso sin entrar en ella se percata de que algo no funciona. ¿Que hay del buenos días, se puede o gracias? pues que brillan por su ausencia.
"Queremos rizar el rizo" y hacer una educación alternativa y totalmente opuesta a la que hemos recibido, pero en mi modesta opinión no todo lo recibido fue malo. Es duro como maestro observar a alumnos con una apatía y falta de interés y que les importe todo "Tres pimientos" con una edad que no supera los 11 años.
Esta claro que muchos me dirán busca estrategias para motivarles y sí, en verdad tienen razón y los profesores debemos buscar aunque nos resulte difícil herramientas para que se impliquen, pero no es menos cierto que "Si uno no quiere". Para que la cosa funcione los niños también deben poner de su parte.
A estas situaciones nos debemos enfrentar todos los días y conseguir sin perder los nervios (a veces cuesta) que los niños atiendan participen, no se aburran en clase y aprendan como decían antes nuestros abuelos "Algo de provecho para el día de mañana".
¿Pero como enseñar materias cuando lo que más necesitan es afecto? Creo que los niños necesitan una dosis de disciplina, normas y afecto. A mi modo de ver no puede haber la una sin la otra.
Benjamín Franklin:" Es difícil que un saco vacío se pare derecho".
Jorge:" La educación es aquello que muchos reciben pero pocos ponen en práctica".
No hay comentarios:
Publicar un comentario