viernes, 23 de julio de 2021

Todo fluye, nada permanece.



 Como decía Heráclito: "Todo fluye, nada permanece".

El hombre (entiéndase especie humana), está en continuo aprendizaje, en continuo movimiento. Nos nutrimos de nuestras propias experiencias vitales y nuestra capacidad para madurar y aprender de nuestros errores.

Como decía Forrest Gump: "La vida es como una caja de bombones, nunca sabes el que te va a tocar". En la vida vamos aprendiendo de las cosas que hacemos bien y sobretodo de las cosas que hacemos mal, pues son estas últimas las que nos enseñan como mejorar y es esta mejora la que nos hace diferentes, aunque como se suele decir; "El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra".

Muchas veces aprendemos no de nuestros aciertos o errores sino de las personas que nos rodean; de su trato y de su actitud hacia los demás y para con nosotros.

Somos como el cauce de un rio donde fluye el agua con los sedimentos,  algunos de estos pasan y se los lleva el agua y otros se posan en nuestras vidas  para enriquecernos y hacernos crecer como personas. 

Lo importante es quedarnos con aquello que nos llena por dentro y nos hace mejores, pues lo bonito de las personas esta en su interior y en como lo utilizan.

 Jorge: "Las personas somos como caramelos; el envoltorio puede ser mas o menos atractivo pero lo que importa es lo de dentro".

Jorge: "Las personas somos una mezcla de sentimientos y experiencias".

Jacques Roumain: "La experiencia es el bastón de los ciegos".

Heráclito: "No es posible meter el pie dos veces en el mismo río".

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