Estos días y después de todo lo que hemos pasado hasta ahora y lo que nos queda por pasar, vengo observando todo lo acontecido en Mallorca. Ha pasado allí como habría podido pasar en otras partes de España.
Todo el mundo "echando la culpa al empedrado", que si las autoridades, que si los promotores, que si los padres, que si los niños, "que si la abuela fuma".
Vayamos por partes; desde mi perspectiva como ciudadano lo que veo es una sociedad donde la gente "no tiene dos dedos de frente". ¿Qué padres en su sano juicio envían con la que esta cayendo a menores y sabiendo lo que pasa en estos sitios a que sus hijos se desmelenen por muy mal que lo hayan pasado durante la pandemia?, y es que, "Visto el melón visto el melonar".
Como decía mi abuela: "que poc coneiximent "o "de forment ni un grà".
Por mucho que confíen en sus hijos, ¿acaso no saben lo que sucede cuando se juntan en grupos?
Los adultos son los padres y sobre ellos recae la responsabilidad de sus hijos y la última palabra.
Realmente "conociendo el percal" era una cosa previsible", pues "de donde no hay no se puede sacar" o "donde no hay mata no hay patata". "Lo que la naturaleza no da, Salamanca no presta" y " lavar la cabeza al burro es perder el tiempo y el jabón".
Dicho todo esto, las autoridades deben tener un plan B para estos casos y sobretodo más tacto porque la imagen que se está dando es un poco penosa.
La salud prima sobre todas las cosas y todos tienen su parte de culpa.
Supongo que cada uno tendrá su opinión, y es que, ya se sabe; "una opinión es como el culo, cada uno tiene el suyo".
Benjamín Franklin: "Podemos dar consejos, pero no podemos dar conducta".
Tácito: "Irritarse por un reproche es reconocer que se ha merecido".
Jorge: "La inteligencia no se mide, se observa".

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