Hace unos días me enteré de la triste noticia del fallecimiento de Don Juan Fuset, profesor mío y de tantos otros, entre ellos de mi tío, mi hermano que también iba al colegio nunca lo tuvo.
Muchas generaciones pasaron por su aula del colegio San José de Calasanz (Escolapios).
En estos días los que fueron sus alumnos han querido rendirle homenaje de muy diversas formas, han expresado sus sentimientos y sus recuerdos a través de las redes sociales o como hizo mi compañero de clase Héctor Esteban dedicándole un obituario en el periódico Las Provincias.
Yo voy a aprovechar este blog para dedicarle las mías. Don Juan fue un hombre que vivía por y para el colegio, siempre estaba por allí, fue lo que se dice "un culo inquieto", no paraba nunca.
De él me quedo con muchas cosas: fue un hombre justo, doy fe de ello y además fue un hombre que se preocupó por sus alumnos y a su modo fue un pionero en la innovación de nuevas metodologías introduciendo en su época la biblioteca de aula. Gracias a esto último logró enganchar a muchos niños en la lectura entre ellos a mí.
No sólo compartí el aula con él, vivíamos muy cerca y muchas veces compartíamos trayecto hacía casa. Íbamos mi madre, mis hermanos, yo, él, su mujer y sus hijas más pequeñas. A menudo nos íbamos juntando por el camino con más gente por la tabacalera y de esos trayectos recuerdo esas conversaciones en la que los niños íbamos a nuestro rollo y supongo que los adultos hablaban de sus cosas y de vez en cuando intentábamos poner la oreja para enterarnos de algo.
Lo último que quiero decir de Don Juan y es con lo que me quedo es que fue esa clase de profesor que con los años no recuerdas que te enseñó pero si la clase de persona que fue contigo.
Así lo recordaré yo y muchos de sus alumnos.
Buen Viaje Don Juan y que la tierra le sea leve. D.E.P .
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