Bueno, pues estas navidades he hecho como Forrest Gump, o algo parecido. No, no he salido a correr y en el camino he perdido el motivo por el que lo hacía, sino más bien todo lo contrario.
Más bien, han sido unos días muy especiales donde además de reencontrarme con mis raíces y mi esencia he aprovechado para reflexionar sobre "Quo vadis, Jorge".
No quiero repetir errores del pasado, cosa que está sucediendo, por eso este momento de pausa y búsqueda han sido más que necesarios. A veces hay que parar y aclarar ideas y ver si la dirección que se ha tomado es la adecuada.
Estos días en la naturaleza asumiendo retos olvidados por el tiempo y la edad, me han dado esos momentos necesarios para todo. He vuelto a conectar con la naturaleza, he hecho ejercicio y en una búsqueda de mi mismo he llegado a ciertas conclusiones que por otro lado ya sabía pero siempre me ha costado poner en práctica.
Una cosa es tener la teoría clara y otra ponerla en práctica. No siempre somos capaces de hacerlo porque hay cosas que duelen, y el apego es una de ellas.
Después de mis caminatas que no es que hayan sido super largas pero si intensas estoy contento porque creo que ha salido una versión más lúcida de mi.
Como me decía una amiga recientemente: "Jorge no te reconozco, estas cambiando. No para mal, es una versión mejorada con unos toques", y quizás tenga razón; a eso se le llama madurar o hacerse viejo que casi es lo mismo, jeje. Una versión 3.0 como le dije, jeje.
En esencia soy el mismo, pero hay ciertas cosas que hay que dejar atrás para poder avanzar. Gracias a estos momentos de soledad como antaño hacía cuando conducía el trayecto Elche-Valencia he vuelto a reconectar y recapacitar.
La dirección en la que volvía a ir me estaba haciendo caer en los mismos errores y no quiero porque "aunque sufrir es gratis", ya he sufrido demasiado.
Espero ser lo suficientemente maduro para poner en práctica todo lo reflexionado y aprendido.
Todos necesitamos este tipos de parones y autoanálisis sinceros para ver que es lo que queremos, si es posible o merece la pena cuando no parece que se vaya a ningún lado.
Ojalá las cosas fueran como uno quiere pero "la vida no es de color de rosa" y nos da "bofetadas con la mano abierta" así que, "bon vent i barca nova".
Solo y para terminar diré que uno merece lo que da, no puede ser todo en la misma dirección pues no es así como deben ser las cosas.
Por cierto super contento de haber subido al castillo de Azuebar y a la Peña Ajuera, retos superados que me han hecho especial ilusión y que quería volver a hacer antes que la edad, la rodilla y los pies me dijeran lo contrario.
También quiero dar las gracias a mis tíos por estar ahí al quite.
"Año nuevo, vida nueva". Por un año donde realmente consiga lo que me merezco.
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