De un tiempo a esta parte he vuelto a retomar el contacto con la naturaleza, me hacía falta desconectar y por un tiempo dejar de pensar en todo lo que se acumula en mi cabeza.
Quizás, hace años era más feliz, no tenia tantas preocupaciones o por lo menos no era tan consciente de ellas. No le daba importancia a ciertas cosas que con el devenir de los años "han pasado a primera línea".
He aprovechado estas rutas para andar un poco y reencontrarme con viejos recuerdos de la infancia y adolescencia.
Ir al pueblo y recorrer sus caminos y sus campos me ha recordado sobretodo a mi abuelo (yayo) y las primeras nociones sobre el monte. Con su sabiduría nos transmitió conocimientos a mis hermanos y a mi que procuraremos seguir transmitiendo a las generaciones que ya vienen despuntando.
He respirado aire puro por dentro y por fuera, he cargado pilas y sobretodo he intentado disfrutar de esos pequeños rincones que gracias a Dios todavía se conservan pese al incendio que asoló estas tierras (Azuébar) hace un par de años.
Como hacía Dumbledore en la saga de Harry Potter he procurado liberarme de pensamientos que "sobrecargaban mis circuitos". Lo he conseguido parcialmente por que al "llegar a la civilización" algunos de ellos han vuelto a "nublarme el cerebro", que le vamos a hacer.
No es fácil liberarte de todas las preocupaciones del día a día. Hay cosas que son importantes y por mucho que quieras no lo puedes evitar.
El caso es que a pesar de todo, he disfrutado y si puedo no será la ultima vez que lo haga.
Cada vez que voy, vuelvo con la promesa de no darle importancia a muchas cosas pero "la cabra tira al monte" y es difícil; aun así lo seguiré intentando.
Soy como soy y aunque en algunas cosas he cambiado en otras por más que lo intento todavía no he podido.
Jorge: "Pensar esta bien pero pensar mucho da dolor de cabeza".
Jorge: "No olvides quien eres".
Pd: por cierto respetemos la naturaleza que es un bien que debemos dejar a las futuras generaciones. Espero no encontrarme nunca con personas que no la respetan. (Lo dejo ahí)
Gracias a mi yayo, a mi padre y a mis tíos por enseñarme a respetarla.
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