Cuando llegan estas fechas navideñas todos los años ponen en la televisión de una u otra manera el famoso cuento de Charles Dickens. Ya sea en dibujos o en película, cae.
Es una bonita, no se si llamarlo así, reflexión sobre el pasado, presente y futuro. Sobre que fuimos, que somos y que seremos.
Todos tenemos un pasado en el que tenemos cosas de las que sentirnos orgullosos y otras que preferimos "no sacar a la luz" porque no nos gusta recordarlas. El tiempo y las experiencias vividas nos hacen cambiar, no se si a mejor, eso el tiempo lo dirá. "Soy lo que soy, no lo que fui, el mundo me cambió, lo quiso así".
Con el presente lidiamos como podemos, ya tendremos tiempo para analizarlo más adelante." El pasado, pasado está". Hay que vivir el presente y mirar hacia delante.
Muchas veces pensamos en nuestro pasado y en nuestro futuro y nos olvidamos de vivir el día a día y vivir el presente.
"El futuro está por llegar y siempre va dos pasos por delante". Hay que pensar en el pero sin ser la piedra angular de nuestras vidas.
Lo mejor es centrarse en el presente porque es el momento en el que puedes cambiar las cosas. Es en este momento donde puedes dar un giro a tu vida en lo profesional, en las relaciones personales o simplemente en las cosas que sean importantes para ti.
Así que, Dickens, nos lo dejó claro, siempre se está a tiempo de cambiar aquellas cosas que no nos gustan o no hacemos bien.
Esquilo: "Lo que deba ser, será".
Miguel de Cervantes: "Cada uno es artífice de su ventura."
Jorge: "Las prioridades que cada uno se establece varían con el tiempo."
Jorge: "La vida son dos días y uno ya lo has gastado".
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